El 1 de mayo de 1853, en la ciudad de Santa Fe, el congreso constituyente sancionó la Constitución de la Confederación Argentina, la primera Carta Magna de nuestro país. En honor a esta fecha, según Ley 25.863 – sancionada en 2003 – se conmemora el Día de la Constitución Nacional.
La aprobación de una Constitución Nacional respondía a la necesidad de un régimen legal que tenga por objetivo constituir la unión nacional, afianzar la justicia y consolidar la paz interior. La norma estableció la forma de gobierno representativa, republicana y federal; la división de poderes y las garantías de derechos civiles a todos los habitantes del país.
Desde su sanción en 1853, la Constitución fue reformada cinco veces. La última vez fue en 1994, cuando se incorporaron derecho de tercera y cuarta generación, así como también se reconoció la jerarquía constitucional de los tratados internacionales de Derechos Humanos.
¿Qué es una Constitución?
Es una ley fundamental –porque a partir de ella surge un Estado- y suprema –porque las demás leyes son consideradas inferiores y deben subordinarse a ella-. En ella, los estados modernos basan toda su organización jurídica.
¿Para qué sirve una Constitución?
Al contener las leyes acordadas para convivir respetándonos unos con otros, regula la organización y el ejercicio del poder, asegurándole a cada ciudadano el cumplimiento de sus derechos.
Las constituciones son importantes también porque expresan los fines del estado que están fundando –la libertad, la dignidad humana, el bienestar general por citar algunos ejemplos- y los valores, las expectativas y las esperanzas de sus habitantes.
Una Constitución puede estar organizada de diferentes maneras. Nuestra Constitución Nacional se encuentra estructurada de la siguiente forma:
-encabezada por un Preámbulo. Consta de 129 artículos distribuidos en dos partes:
- la primera refiere a las declaraciones, derechos y garantías, y
- la segunda a las autoridades de la nación
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