¿Cómo están? Nosotras, bien.
Agradecemos de corazón el esfuerzo que están haciendo desde sus hogares para continuar con las actividades escolares. Intentamos estar a la altura de las circunstancias y no generar con nuestras propuestas didácticas más inconvenientes de los que ya tenemos en esta situación, todos y todas.
Le enviamos actividades para resolver en las carpetas.
Nuevamente les pedimos que nos envíen un mensajito para saber cómo van en estos días, en general y en particular con las actividades que enviamos Ana y yo.
Por favor, no dejen de pasar mañana por la escuela a retirar la canasta nutritiva.
¡Cariños!
Paula y Ana
Matemática: Números redondos
¡Hola! ¿Cómo están pasando estos
días guardaditos?
Les envío actividades de
matemática. No son para hacer todo junto el mismo día, hacelo en 3 o 4 momentos
distintos. En el aula, todo esto, nos hubiera llevado 1 semana, mínimo,
trabajando juntos y haciendo las resoluciones en el pizarrón más las
correcciones individuales. Así que paciencia y paso firme.
¡¡Cariños y saludos de codito!!
Paula
En la carpeta de matemática,
trazá línea larga para separar el día, escribí la fecha del día en que estés
haciendo tu tarea.
Cuando, otro día, retomes otro
ejercicio de estas propuestas, no traces una línea larga, sólo dejá un par de
renglones, poné la fecha y copiá la actividad con su correspondiente número de
orden.
Cálculos con números redondos
1)Resolvé los siguientes
cálculos:
30 + 50 =
200 + 90 =
80 + 40 =
500 + 500 = 600
– 300 =
4.700 – 700 =
100 – 30 =
120 – 60 =
900 + 200 =
¿Pudieron resolverlos fácilmente?
¿Rápidamente?
2)Para resolver 80 + 40, los
chicos pensaron así:
“El resultado es 120 porque 8 + 4 = 12”
“El resultado es 120 porque 80 + 20 es 100 y 100 + 20 es 120”
¿Pensás algo parecido? Anotá otro
cálculo en el que se podrían usar estas ideas.
3)Saber el resultado de alguna
suma sirve para resolver algunas restas. ¿qué sumas te pueden ayudar a resolver
las restas de la actividad 1?
4)Saber cuáles son los números
que sumados dan 10 ayuda para saber los números que sumados dan 100. ¿Cuáles
son los pares de números que sumados dan 10?
Anotá 5 cálculos que estas sumas
ayuden a resolver.
5)A cada número de la columna de
la izquierda súmale un número de la columna del centro de modo que el resultado
sea un número redondo. Rodeá el número que elgiste en cada caso y anotá el
resultado en la columna de la derecha.
37
|
12
23 31 103
|
|
225
|
20
25 50 75
|
|
404
|
6
50
60 75
|
|
6)Anotá en las casillas del medio
qué número le sumarías al de la izquierda para que te dé un resultado con dos
ceros. Completá los resultados en la columna de la derecha
180
|
|
………….00
|
75
|
|
………….00
|
296
|
|
………….00
|
7) Escribí el número que le
restarías al de la izquierda para que el resultado sea un número redondo con
tres ceros.
2.608
|
|
|
42.045
|
|
|
10.000
|
|
|
8)Calculá estas sumas lo más
rápido que puedas.
160 + 70 + 40 =
32 + 20 + 8 + 15 =
25 + 3 + 17 + 25 =
50 + 70 + 50 + 30 =
¿Qué ideas usaste para facilitar
las sumas?
Prácticas del lenguaje: Ema Wolf
Hola familias:
Esperamos que estén bien, transitando de la mejor manera posible este
tiempo. Sabemos que no es fácil y es un aprendizaje para todos.
Les enviamos un abrazo.
Paula y Ana
Hola chicos/as:
¿Cómo están? Espero que bien. No olviden poner en práctica todo lo que
charlamos sobre higiene (lavado de manos, taparnos para toser, descacharrar, etc.)
¡¡¡¡¡Los quiero
y extraño mucho!!!!!
Les cuento que
este año trabajaremos en seguimiento de autor con Ema Wolf. Les dejo su
biografía para que la conozcan. (No hay que copiar ni imprimir, solamente leer)
El libro se llama Famili (se los envío)
Comenzaremos a
trabajar con el capítulo 1. Les pido no se adelanten. Recordá que leer bien no
es hacerlo rápido: hay que respetar los tiempos de los puntos y de las comas.
Colocá en la
carpeta (todo en cursiva).
Semana del 30 de mayo al 3 de abril
Comenzamos a leer Famili
Autora: Ema Wolf
A) Leemos su biografía.
B) Capítulo 1 “Pis de gato”
Respondé en forma de oración, cuidando la ortografía.
1) ¿Quién es Pepe Murias? ¿Cuál es su idea?
2) ¿En qué consiste el pisdegatómetro? ¿Para qué lo usaba?
3) ¿Cómo se llama su mejor amigo y por qué es una persona
honestísima?
4) ¿Por qué vive solo en la manzana?
5) ¿Cuál fue el motivo por el que los gatos de su amigo iban
desapareciendo?
6) ¿Por qué volvieron luego a la casa?
Repaso de sustantivos
Sustantivos propios: indican los nombres de las personas,
países, lugares, marcas, escuelas, etc. Se escriben siempre con mayúscula (la
primera letra) Ej.: Argentina.
Sustantivos comunes: son palabras que nombran por ejemplo
animales, cosas, lugares y comida en general. Ej.: perro, casa, auto, etc.
Copiá del capítulo 1: dos sustantivos propios
Seis sustantivos comunes.
(El cuento Fámili de Ema Wolf será enviado en su formato PDF al mail por el cual nos comunicamos con las familias)
Ema Wolf
Nació en mayo de 1948 en el conurbano bonaerense. Es licenciada en
Letras por la Universidad de Buenos Aires, trabajó en periodismo, y a fines de
los setenta comenzó a colaborar en publicaciones para chicos, entre ellas la
revista Humi en 1981. En 1984 Editorial Kapelusz dio a conocer su primer libro
Barbanegra y los buñuelos. A partir de entonces alternó sus novelas cortas y
sus colecciones de cuentos con artículos sobre lectura, encuentros con docentes
y chicos, y conferencias en la Argentina y el exterior.
Algunos de sus títulos, que sobresalen por un humor muy particular, casi
surrealista, son: ¡Qué animales!, Libro de los prodigios, La sonada aventura de
Ben Malasangüe, Los imposibles, La galleta marinera, La casa bajo el teclado yla
serie de Berta y su gato. Con Historias a Fernández obtuvo en 1994 el Premio
Nacional de Literatura Infantil.
La Fundación Konex la distinguió con el Diploma al Mérito en 1994 y
2004. En 2005, por la novela para adultos El turno del escriba, escrita en
colaboración con Graciela Montes, ganó el Premio Alfaguara de Novela, de
España. En 2008 recibió la Mención del Premio Iberoamericano SM.
Fámili
Ema Wolf
Capítulo 1: PIS DE GATO
M i tío Pepe Murias es un hombre de ideas. Pocas, pero
notables. Sus ideas sobresalen entre las de los demás como las cabezas de las
personas altas en la multitud.
Una de las más robustas es ésta:
—En toda casa decente —dice— hay siempre un poco de olor a pis,
de gato.
La idea no es nada complicada, pero le ha causado algunos
dolores de cabeza. Especialmente por esa costumbre suya de preguntarle de golpe
a cualquiera si en su casa hay suficiente olor a eso que dije. Muchos se enojan
o no entienden.
Con el tiempo esa idea se transformó en su única medida para
conocer a las personas. A tal punto que cuando entra por primera vez a una casa
lleva su pisclegatómetro, un aparato, de su invención que se ajusta sobre la
nariz y funciona a pilas, más o menos como una aspiradora sensible.
Mi tío nunca volvió de visita a una casa donde la aguja de
su aparato marcara por debajo de 4,6, que según él es el mínimo tolerable.
Sus amistades, claro, no son muchas, pero sí selectas. El
mejor de sus amigos se llama Anselmo. Es ayudante de un regador de canchas. Usa
un pompón en la cabeza —el pompón solo, sin gorro—. Pepe lo quiere mucho.
Por supuesto, se trata de una persona honestísima: Anselmo
tiene veintitrés gatos.
Tan grande es el olor a pis de gato en su casa que los
vecinos se fueron mudando hasta dejarlo solo en la manzana (Pepe siempre
desconfió de los vecinos de Anselmo).
Entre esas paredes mi tío pasa muchas tardes con su amigo
jugando a la batalla naval y hablando del peligro de extinción de las ballenas
australes.
Pero ocurrió que un invierno el olor a pis de gato disminuyó
notablemente en casa de Anselmo.
La exquisita nariz de mi tío lo percibió enseguida. En pocos
días el olor llegó a límites tan bajos que el pisdegatómetro marcaba 0,9 en la
terraza, lugar donde generalmente los niveles son altos, en especial los días
de humedad.
Pepe se sintió triste y, sobre todo, confundido. Pensó que
su amigo Anselmo ya no era el de antes, que se había convertido en una persona
capaz de hacer cosas horribles.
Una tarde Anselmo le contó preocupado que sus gatos estaban
desapareciendo.
—Me di cuenta —dicen que le dijo Pepe con ferocidad, y lo
agarró del pompón—. No te los estarás comiendo, ¿no?
Anselmo se defendió. Él era incapaz de comerse sus propios
gatos. Uno a uno se iban sin disimulo, y no sabía por qué.
Pronto descubrieron el motivo: muy cerca, en los terrenos
del ferrocarril, habían inaugurado una feria municipal, y en la feria, un
puesto de pescado.
Allí estaban los gatos.
Se habían apostado junto al puesto —valga la redundancia— y
esperaban atentos que el pescadero les tirara algún bocado de merluza.
Anselmo se arrancaba los pelos.
—i Mi casa es un asco sin ellos! —gritaba.
Y era cierto. La casa se había vuelto higiénica,
desinfectada, pasteurizada.
Tarde o temprano —pensaba Pepe— Anselmo sería igual a su
casa. Estaba convencido de que los gatos se habían llevado esa desprolijidad y
esa roñita que debe haber en el alma de todo lo que es honesto.
Pero en poco tiempo el destino puso las cosas de nuevo en su
lugar.
Los gatos volvieron. Tan campantes, se desparramaron otra
vez por la casa y se repartieron los almohadones.
Tenían sus motivos para volver: el pescadero, un avaro-mala
persona ranfañoso, no les había dado de la merluza ni una escama.
Así es que retornaron a Anselmo y a su corazón generoso, o
al bofe hacia fin de mes, pero siempre en cantidad. Él los abrazó uno por uno,
conmovido.
Mi tío Pepe se sintió de veras aliviado.
Respiró con placer el renovado olor a pis de gato y aceptó
las disculpas de su amigo que —confesó— le había hecho trampas en los últimos
tres partidos.
Toda esta historia sirvió solamente para reforzar la famosa
idea de mi tío: el mezquino pescadero no merecía vivir rodeado de veintitrés
gatos meones. En cambio, su amigo Anselmo sí, porque era una persona generosa,
espléndida, buena y decente hasta no sé dónde.
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